Unos van, otros vienen

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Fuente: Fondo Monetario Internacional

El transporte moderno y las tecnologías digitales facilitan el movimiento de personas a través de las fronteras. Alrededor de 258 millones de personas, o 3,4% de la población mundial, viven fuera del país en que nacieron. Las migraciones internacionales se han triplicado desde 1970, y pueden consistir en migraciones voluntarias por razones económicas, en busca de trabajo, o en migraciones de refugiados obligados a huir de conflictos y violencia. La migración puede representar un gran estímulo económico, pero también un desafío crítico en lo político y en la formulación de políticas. El trabajo es la motivación principal.

Los trabajadores migrantes constituyen dos tercios de todos los migrantes internacionales, y la mayoría se dirige a países de alto ingreso. Para ellos y sus familias, emigrar puede suponer importantes avances en cuanto a ingresos, educación y salud. En los países de origen, la emigración puede reducir el desempleo y promover la transferencia de conocimientos. Las remesas que envían los migrantes —USD 613.000 millones en 2017— proporcionan flujos financieros y una fuente estable de ingresos. En los países de destino, la inmigración puede incrementar la oferta de mano de obra, mejorar la productividad y aliviar las presiones sobre los sistemas de pensiones.

No todas las migraciones tienen lugar en circunstancias positivas. Para finales de 2017, los conflictos y las persecuciones habían desplazado a 68,5 millones de personas —incluidos 25,4 millones de refugiados, 3,1 millones de solicitantes de asilo y 40 millones de desplazados dentro de sus países—, un nivel no registrado en décadas. Más de la mitad de los refugiados eran niños, muchos solos o separados de sus padres. Un tercio de los refugiados se dirigieron a las economías menos desarrolladas, donde no hay suficiente capacidad para absorberlos e integrarlos.

La migración incide en la prosperidad económica, el desarrollo humano y la seguridad, y ahora es una prioridad mundial garantizar que la migración sea más segura y esté mejor regulada. Por ejemplo, las Naciones Unidas van a celebrar dos pactos mundiales para mejorar la gestión de las migraciones. Una cosa está clara: ningún país puede abordar los temas de migración por su cuenta. Los desafíos transfronterizos exigen soluciones transfronterizas.

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